Al dejar la maleta, atención, nos cobran 10kn, imposible saber por qué, el señor del autobús sólo habla Croata, suponemos que es como una especie de seguro o simplemente un pago por bulto, al no querer pagar sacó la maleta y con muy mal genio la dejó en el suelo, así que... a pagar toca amigos!
Por cierto, en la estación no se puede pagar con tarjeta, pero hay casa de cambio allí mismo.
Nos esperan 5 largas horas de viaje así que paciencia.
Ah, recordad llevar el DNI o pasaporte a mano, al pasar la frontera con Bosnia os lo pedirán 2 veces.
Llegamos a las 14h con unos 36 grados.
La estación de buses de Split parece de otro siglo y sinceramente no sabes dónde estás, a me pareció volver a Marruecos o algo similar. Está al lado de la estación de tren y en pleno puerto, por si tienes que enlazar.
Allí mismo viene gente a ofrecerte habitación, no parece muy recomendable.
También podrás ver una oficina de correos, una agencia de viajes, un puesto de información turística y una caseta donde venden los billetes de los barcos para las islas.
Teníamos reservada una habitación en el centro, nos vino a buscar la dueña, Edita, muy amble y nos acompaño y nos dió algunas recomendaciones para ver la ciudad.
Datos sobre la ciudad:
Split es realmente impresionante, nada que ver con lo que me imaginaba.
Ciudad turística costera, con unos 230.000 habitantes en la que permanece la historia y cultura de todos sus conquistadores, igualmente en su gastronomía y deliciosos vinos (hay muy buenas bodegas)
Es como una pequeña península, así que agua vayas donde vayas, y la ciudad podría decirse que está dividida en tres zonas:
- el Palacio Diocleciano (que yo pensaba que simplemente era un palacio), es un entresijo de callejuelas preciosas, algunas semiderruidas pero con un encanto muy especial, plazas adoquinadas, restaurantes escondidos en esquinas y rodeados de flores, en fin... lleva la cámara de fotos a mano.
- la ciudad antigua, que rodea el Palacio y toda la zona del Puerto, animada de noche y de día, con calles empinadas y estrechas en las que perderse es genial.
Si llevas coche, la zona azul va de las 6h hasta las 21:30h y cuesta 5kn/hora. Todo el centro es zona azul.
- el resto de la ciudad, donde realmente vive la gente de Split, sus comercios e industria.
A visitar, las dos primeras sin duda, y si sigues el puerto llegarás a una zona nueva y moderna llena de cafés (bastante caros) y bares y a continuación unas pequeñas playitas.
Palacio Diocleciano en gris oscuro y zona puerto, allí se cogen los ferris y está la estación.
La zona verde es la zona de playas, para llegar a ella pasas por la zona nueva del puerto.
A comer, nos recomendaron el Konoba Duboka Ladovina y acertaron, por 250 kn las dos, un pescado delicioso y un vino bosnio ... (con entrante, postre, pan, ...). En la zona vieja, detrás de la iglesia de San Martín.
Para bajar la comida, a pasear por la zona del palacio, un entresijo de calles empedradas preciosas, donde podréis apreciar el paso de la historia y la cultura, edificios semiderruidos pero con mucho encanto, restaurantes chiquititos en cada esquina, actuaciones callejeras, música, bares, tiendas, ... en fin, si llevas el mapa te recomiendo que lo guardes en el bolso y te pierdas!
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Uno de nuestros bares favoritos |
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Una de las plazas del Palacio |
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Terrazas para tomar algo |
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Preparando una ópera en medio de la ciudad |
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Terraceo por el puerto |
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Vistas del puerto desde la zona nueva |
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